Piense en la última vez que en la empresa o institución que usted gestiona se impartió algún tipo de capacitación. ¿Cree que su personal aprendió? ¿Sintió a su equipo conectado?
No se sienta mal si su respuesta es no, pues probablemente es el caso de la mayoría. Sin embargo, el entrenamiento para personal es hoy en día una de las prioridades de muchas empresas. En muchos casos, la falta de capacitación es causante de los accidentes laborales. De acuerdo con la Federación de Aseguradores Colombianos FASECOLDA, el 41% de accidentes laborales letales en Colombia son prevenibles.
Ante este panorama, surge la natural pregunta de qué les ha faltado a las capacitaciones de las empresas para ser más exitosas. Una sola palabra: práctica. Para que una capacitación sea efectiva, los empleados deben tener la posibilidad de poner en práctica repetidamente lo que aprenden. Pero esto es a menudo riesgoso, pues puede implicar el uso de instrumentos peligrosos, y costoso para las empresas, ya que implica jornadas enteras, logística, transporte e instalaciones.
Por fortuna, la realidad virtual innova con una solución viable, fácil, segura e incluso divertida: entrenamientos inmersivos e interactivos.
A través de gafas de realidad virtual ahora es posible recorrer, desde las instalaciones de una oficina, espacios abiertos y centros de trabajo como aviones, supermercados, calles, entre otros y tener en ellos experiencias ilimitadas. Las tecnologías actuales permiten ver distintos objetos en su totalidad con sus texturas y acercarse o alejarse de ellos. Asimismo, con los audífonos integrados a las gafas es posible experimentar una mayor sensación de espacialidad a través del sonido binaural (también conocido como sonido ambisónico), aquel que parece provenir del lugar u objeto donde se producen los sonidos y, en el caso de dispositivos de realidad virtual, se modifica en la medida que el usuario se aleje o acerque a su origen.
Estos efectos visuales y auditivos generan en los usuarios una experiencia inmersiva realista. Sin embargo, a la hora de realizar capacitaciones la clave está en la interacción. Los seres humanos tendemos a aceptar la realidad tal como se nos presenta, pero la clave está en interactuar con ella, modificarla.
A continuación verás un ejemplo de un entrenamiento en realidad virtual interactiva para la industria del petróleo (también conocida como Oil & Gas)
Más allá de la inmersión
Para ello, gafas de realidad como las Oculus Rift S, permiten no solo una experiencia de inmersión de seis grados de libertad, es decir, que permiten al usuario desplazarse en las direcciones que le plazca por un mundo simulado, tal como lo haría en el mundo real, sino que también le es posible interactuar con dicho mundo, llevar a cabo el paso a paso de un procedimiento y aprender a través de la experiencia propia. Por ejemplo, una persona que se capacita para ser electricista podría perfectamente practicar una y otra vez la reparación de un transformador eléctrico sin transportarse a donde este está instalado ni someterse al riesgo de electrocución. Las Oculus Rift permiten interactuar con el espacio simulado y, a la vez, seguir instrucciones que son proyectadas en el mismo. La interacción se presenta acercándose a espacios u objetos marcados, centrando la mirada en ellos e, inclusive, a través del control mediante reconocimiento de la voz.
Por otro lado, las gafas Oculus Quest también permiten un movimiento en seis grados de libertad y, aunque sus gráficas son de menor definición que las Oculus Rift S al no estar conectadas a un computador, poseen controles manuales que permiten emular lo que en la vida real sería el movimiento de las manos y acercarse a la manipulación de objetos tangibles. Esto por ejemplo es útil para recrear escenarios de construcciones y obras de infraestructura donde los obreros puedan repetir una acción, como manejar una herramienta o ensamblar piezas, una y otra vez hasta aprender la manera correcta de llevarla a cabo.
Más aprendizaje, menos tiempo
Muchas investigaciones y publicaciones académicas de distintas disciplinas y áreas del conocimiento, que van desde la medicina hasta los militares) coinciden en que la realidad virtual aumenta entre un 75 y 90% la cantidad de retención frente a las experiencias tradicionales de entrenamiento corporativo y la precisión de las técnicas en quienes la usan para capacitarse. Esto se debe a que cuando se usan lentes de realidad virtual está en funcionamiento el cerebro reptiliano, la corteza más profunda del cerebro, encargada de controlar las funciones de supervivencia y reproducción del ser humano, y con ello modificar los ciclos de atención y respuesta a estímulos a partir de la información recibida por los sentidos sobre el entorno. De esta manera, las interacciones realizadas en los ejercicios de realidad virtual se almacenan en esa parte del cerebro. En cambio, en una sesión de clase tradicional con lecturas y donde se atiende a un orador y la práctica es reducida o muy posterior a la sesión teórica, la retención de información es menor, pues se almacena en la corteza cerebral, la capa más externa, donde están las funciones de lectoescritura, memoria operativa y razonamiento abstracto.
Por eso, la necesidad de adaptarse a condiciones digitales e innovar mediante las nuevas plataformas de realidad virtual no es solo una cuestión de ahorrar dinero, tiempo y espacio, ni tampoco de únicamente reducir riesgos, sino, fundamentalmente, de un aumento del aprendizaje.

En Viewy estamos comprometidos con esta apuesta y por encontrar todas las alternativas por transformar el aprendizaje empresarial.
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Escrito por: José Escobar